domingo, 12 de octubre de 2008

Las Hermanas en Estocolmo



Supongo que casi todos están enterados del suceso. Que si las coincidencias existen o no, quién sabe, pero así pasó:

Había pasado poco más de un mes desde mi llegada a Helsinki cuando recibo la noticia de que quien había sido mi compañera de cuarto los pasados 24 años y medio viajaría por motivos de trabajo a la ciudad capital del vecino país del este, Suecia. Era obvio que tenía que ir para allá.
La agenda de Sil fue cambiada en múltiples ocasiones y no estaba muy claro cómo iban a ser mis clases en esas fechas, así que la mejor opción fue comprar únicamente el boleto de ida. De acuerdo con las instrucciones que recibí desde México, debía viajar con una maleta vacía, con el fin de recibir un preciado paquete de productos endémicos, básicos para la supervivencia de un mexicano en el extranjero.
A las 5:30 de la tarde del sábado, abordé un ferry de Viking Line que arribaría a Estocolmo alrededor de las 10:00 AM del día siguiente. Ya me habían dicho que el viaje podía ser mucho más corto, pero debido a que los ferrys son utilizados como cruceros, un viaje que podría durar 4 horas, es 10 horas más largo con el fin de que la gente consuma en los restaurantes, el bar, el casino y el Duty Free.
Apenas se mueve el barco, se abren las puertas del Duty Free. La gente se abalanza con el fin de conseguir el alcohol que les permita llevar a cabo su fiesta durante toda la noche, de ser posible.
Yo tuve la maravillosa idea de dibujar en el barco, pues de todas formas tenía que hacerlo para mi clase de dibujo a mano alzada. ¡Dibujar desde la cubierta del barco suena taaan bien! ¡Sí, cómo no!... Pésima idea… gorro, guantes, chamarra, bufanda y aún así se siente frío. ¡Y el Viento! Si no hay quien detenga el cuaderno… la próxima vez que aparezca ¡va a ser en el Caribe!
Entonces me puse a leer un rato. Adentro, obviamente. Después saqué mi sándwich que había preparado para el camino, tras la advertencia de lo caro que puede ser comer abordo. Un señor como de 50 años (jovencísimo como mis papás), me empezó a hablar en sueco. Obviamente le contesté que no hablaba sueco. En inglés me preguntó cuáles eran mis idiomas y luego empezó a hablarme en español.
Musa, originario de Gambia, estudió navegación en Noruega. Trabajó muchos años en los barcos y ahora trabaja en Estocolmo, en la seguridad de los Trenes. Tiene un hijo en Dinamarca que ya juega con la preselección nacional de basketball. Había ido a Helsinki a visitar a su hermano, porque acaba de nacer su hijo (o sea, el sobrino de Musa).
Yo le dije que iba a ver a mi hermana y que ya me había metido al sistema de transporte sueco, que decía que sólo tenía que tomar el metro y estaría en el hotel en 6 min. Me dijo que no era cierto, que el metro no está cerca del lugar donde llega el ferry, y se ofreció a darme un aventón. Después de platicar con él un rato, me fui a dormir.
El ferry tiene 8 ó 9 pisos. Mientras más arriba, mejor lugar. Si esto hubiera sido el Titanic, yo moría instantáneamente. Los pisos 7, 8 y 9 son de servicios y la cabina del capitán. El 6, 5 y 4 tienen cabinas para pasajeros. Luego viene el 3, donde van los coches, el 3b donde van los coches y los perros y luego el 2, donde estaba yo. Mi cabina debía ser compartida con otras dos personas, pero afortunadamente, no se vendieron esos boletos, así que tuve la cabina completa.
Una hora antes de llegar a Estocolmo, recibí una llamada de una muy desvelada Sil. Estaba desilusionada de que le fueran a entregar el cuarto hasta las dos de la tarde, así que estaba echándose un sueñito en la recepción del hotel; me iba a esperar ahí para que fuéramos a desayunar.
Llegando a Estocolmo, bajaba tanta gente del ferry que no pensé encontrarme a Musa de nuevo. Pero sí nos encontramos y bien buena gente, me llevó hasta el hotel. Me bajé rápido, a ver si sí era y si Sil estaba ahí y él me ayudó con mis cosas. Se lo presenté a Sil y luego se fue. (¡Tengo que escribirle para agradecerle!)
Sil estaba padeciendo de todo un poco: una gripa que no acababa de irse, hambre, sueño, jet lag… así que dejamos mis cosas junto con las suyas y desayunamos en el hotel. Platicamos, chismeamos (de todos ustedes, por supuesto jajaja), e hicimos valer cada centavo del “hartísimamente” caro desayuno.
Luego fuimos a comprar tarjetas para el transporte. Tomamos el metro hasta un punto recomendado por Ylva, y caminamos por un parque, a la orilla de un lago (o el mar; difícil saber porque había patos, pero Estocolmo son islas…) Sil me tomaba fotos porque decía que la Sra. se las había encargado porque no he mandado fotos mías (si yo las tomo, es un poco complicado, ¿saben?). Después de un rato de caminar, ver unas cuantas tiendas y tomar un café, regresamos al hotel.
Muy convenientemente, el cuarto tenía dos camas. Entonces nos entró la duda de si habían asumido que veníamos juntas y entonces nos habían dado un cuarto doble. O probablemente, la embajada había pagado un cuarto doble para cada reportero…
Fuimos a caminar por el Viejo Estocolmo y cuando Sil ya se estaba cayendo de sueño, nos metimos en un restaurante para comer. Comimos el sándwich más caro de toda la vida. Después me di cuenta de que ese “cualquier restaurante” resulta ser uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, a sólo una cuadra del Palacio Real... La pasamos muy bien.
Regresamos a hotel y después de discutir un rato cómo le íbamos a hacer, decidimos que Sil iba a preguntar en la recepción si de casualidad el cuarto estaba pagado para dos personas, pues tenía dos camas en su cuarto. La situación era que una amiga suya iba a desayunar con ella al día siguiente y quería saber si había que pagarlo a parte o si podía considerarse como el de la segunda persona. Le dijeron que el cuarto era para una persona, había sólo un desayuno incluido y que nadie podía quedarse en el cuarto ni podía deshacerse la otra cama. Así que dormimos en una sola cama. Pueden reírse…
El lunes desayunamos juntas, pero luego Sil se fue a trabajar y yo a caminar. De acuerdo con la muy fidedigna recomendación del “Rupert” fui al museo del Vasa. ¡Excelente elección! Galeón que pelearía la Guerra entre Suecia y Polonia en 1633, pero se hundió “misteriosamente” en su primer viaje, sin siquiera salir de Suecia. La teoría más aceptada dice que el mástil era demasiado pequeño para las dimensiones del barco y el peso de los cañones. Sin embargo, esto es un hecho que los suecos pretenden disfrazar un poco. El museo está lleno de cosas interesantes que desvían la atención de la causa de la tragedia. Han transformado el desastre del Vasa en un gran triunfo, pues después de 300 (creo que 333) años, pudieron rescatar la nave intacta, a través de un complejo sistema formado por cables de acero, bombas de agua, cámaras de oxígeno, químicos para el tratamiento de la madera…
El barco es el punto central del museo, alrededor del cual 8 pisos muestran distintos enfoques del desastre. El Vasa es una cámara de tiempo que transporta a sus visitantes a la Suecia de 1633. Se ha reconstruido una parte del interior del barco, para satisfacer la curiosidad de los niños y no tan niños. En otra parte, se narra la historia de la Guerra entre Suecia y Polonia (¡Qué primitos, Beata! jajaja)
Se explica la simbología de cada relieve del barco. Proyectan imágenes con color sobre reproducciones de los mismos, para revivirlo tal cual era. El piso más bajo del museo, es también el más “científico”. Recuperaron algunos restos humanos y han descifrado su género, edad, estilo de vida, complexión; mediante pruebas de ADN, han reconstruido sus caras. Todavía no tienen todas las caras, pero hay por lo menos cuarto modelos hiperrealistas expuestos en vitrinas que parece que respiran y te siguen con la mirada.
Pasé varias horas aquí y luego regresé al hotel, para esperar a Sil. La esperé sentada enfrente de la Torre Sergel, mientras dibujaba (con menos frío que en el barco, pero frío de cualquier manera). La mensa de mi hermana me vio desde el taxi y me habló por teléfono…
Subimos las cosas al cuarto y luego fuimos a caminar un rato. Después, si había quedado de verse con una periodista de Estonia, Kadri (Creo que era así), para ir a cenar. Cuando regresamos al hotel, nos encontramos con otros dos de los amigos de Sil, un chavo de China y otro de Japón.
Fuimos a buscar un lugar para cenar. No encontrábamos lugares de comida típica sueca; sólo nos topábamos con lugares de comida china o japonesa. Una opción era cenar en un Friday’s, pero teníamos que esperar demasiado. Entonces terminamos en un restaurante de comida típica, de precios típicamente suecos.
Comí un pescado salado, salado, salado. Bueno, pero salado. Si comió hamburguesa (aunque no comimos en Friday’s, no lo había pensado hasta ahora). Los amigos de Sil fueron muy amables y creo que no pasó ni una hora y ya todos estábamos molestando al chavo de china con eso de las Olimpiadas: ¿cómo que la niña no era lo suficientemente bonita como para cantar?
Después de una agradable e internacional cena, regresamos al hotel. Esta vez dormimos en camas separadas, pero yo dormí encima de la colcha. Pueden reírse de nuevo.
Ese día, finalmente, recibí respuesta de mis profesores en la escuela. Todos decían: No te preocupes, diviértete en Estocolmo. Entonces decidí comprar mi boleto de regreso para el Miércoles en la noche. Sil se iba el Jueves en la mañana, tenía que estar en el aeropuerto a las 7 AM. No tenía caso que yo viajara de día…
El Martes, yo compré un paquete especial de muffin y café por 2.5 euros y Sil desayunó en el buffet. Pero nos sentamos juntas en el bar del hotel. Obviamente, como buena mexicana, comí una que otra rebanada de queso, jamón, salami… Según nosotras, nadie en el hotel se había percatado de mi estancia, pero unos chavos de la recepción, que hablaban portugués y entendieron nuestro español el primer día, me saludaban como si nada; obviamente yo pensaba “¡no digan que estoy aquí!”
Sil se fue a trabajar y yo esperé la llamada de Ylva, que iba a su entrevista con el Doctor. Como a las 10 me habló y como a las 11:30 estaba afuera del hotel. Caminamos un rato y teníamos el plan de ir a donde estaba Sil, para que a su hora de “lunch”, las presentara, pero Ylva tenía que estar del otro lado de la ciudad en poco tiempo y no conocía el hospital. Entonces no se pudo, pero comí con Ylva, caminamos mucho, me recomendó el Museo de Arte Moderno y luego fuimos al Ferry. Compré mi boleto de regreso y luego fui al hotel.
Cuando iba en camino, me habló Sil para decirme que sólo le faltaba un evento más y luego me veía en el hotel. Cuando intenté entrar al cuarto, la llave no funcionó. Obviamente no podía ir a la recepción a pedir que me la activaran. Entonces fui a caminar un rato y luego regresé al hotel y me senté en el lobby. En otro sillón había un chavo desenredando unos cables (de audífonos y esas cosas).
Yo me puse a hacer unos modelos para un proyecto de la escuela. De repente el chavo me pide ayuda para desenredar sus cables. Tartamudeaba y se movía con dificultad; dado que Sil trabajaba en asuntos de accesibilidad para discapacitados y el hotel ofrecía especial servicio para ellos, amablemente, desenredé sus cables. Luego me agradeció y me dijo que estaba ahí porque había venido manejando desde Alemania para la fiesta de cumpleaños de la hija de su amigo (porque la esposa de su amigo no estaba). Entonces habían tomado tanto que no pudo manejar, dejó su coche estacionado en algún lugar que ahora no podía encontrar y luego había entrado al hotel a dormir un rato en el sillón. Decía que había tomado tanto que seguía borracho. Pueden reírse de nuevo.
Total yo esperaba y esperaba y platicaba con el borracho y hacía mis modelitos de papel. A él le gustó y me pidió que se lo regalara. Se lo dí y me dio tiempo de hacer otro. Ya casi me corren del hotel, porque se acercó uno de los vigilantes a preguntarnos si estábamos hospedados. Le dije que estaba esperando a uno de sus huéspedes y hasta fue a checar el apellido. Afortunadamente, en ese momento llegó Sil. Subimos y el borracho se fue, para que no lo corrieran.
Por lo menos, Sil me trajo cena (lo que no se acabó de su ensalada). Ya estábamos cansadas y estaba lloviendo, así que sólo dormimos.
El Miércoles, Sil fue a trabajar y yo fui al Museo de Arte Moderno. Ese día, el trabajo de Sil terminó temprano, así que fuimos a caminar. Intentamos ver el Museo Nobel, pero no estaba tan interesante y preferimos seguir caminando un rato. Estuvimos con sus amigos reporteros. Después hicimos algunas compras y regresamos al hotel por mis cosas.
Llamamos un taxi y Sil me acompañó al Ferry de Viking Line. Fue muy rápido, porque el taxi la esperaba afuera. Todavía le quedaba una noche en Estocolmo y tenía planeado salir con sus amigos. Espero lo haya disfrutado.
Yo subí al Ferri sabiendo que tenía que dormir bien para llegar a “clases” al día siguiente y que me esperaba una semana pesada por lo que no había hecho. Pero también me fui con la conciencia completamente tranquila de haber tomado la mejor de las decisiones y haber aprovechado la oportunidad.
Dicho y hecho, llevé mis cosas a mi calabozo. Cené, me bañé y me fui a dormir. Mis compañeras, dos señoras finlandesas se acostaron un poco más tarde que yo, pero pude dormir de cualquier manera. Este ferri llegó a Turku a las 7:30 AM. Tomé el tren a Helsinki a las 8:30 y me fui directo a la escuela, cargando en la espalda tremedo maletón.








Ylva

El día que jugué volley con el equipo de cuarta división, me dieron los datos de una chava del equipo de segunda. Le hablé, pero no hubo entrenamientos esa semana porque tuvieron partidos. Así que fue hasta la siguiente semana, un viernes, en que pude ir a conocer al equipo de segunda.
No entrenan en el mismo lugar los viernes, entonces me perdí un poco, pero al final lo encontré. Justamente cuando iba llegando, me encontré con una de las chavas del equipo que también había llegado un poco tarde.
Nos presentamos (en inglés) y entramos a la cancha. Creo que éramos como 10 en total. El entrenamiento es en serio, no sólo cáscara como el del equipo de cuarta; pero sólo dura hora y media. En punto quitan la red, estiran rápido y dejan la cancha para los que siguen.
Ya en los vestidores, esta chava (que había sido mi pareja en el entrenamiento y cuyo nombre, yo no podía ni pronunciar) me preguntó qué hacía en Finlandia. Le expliqué toda la situación (misma que creo que he platicado con todos). Ella estaba un poco sorprendida, porque a ella no le gusta vivir en Helsinki.
Ylva (así se llama y más o menos puedo pronunciarlo correctamente), es médico. Se graduó hace un poco más de medio año, pero antes de ejercer “libremente”, tiene que hacer prácticas en hospitales. Ya llevaba 6 meses trabajando en un centro de salud, pero en cosa de 3 semanas se iba a ir a Chile a hacer unas prácticas en una comunidad no muy lejos de Santiago.
Así en la plática, nos fuimos caminando juntas al metro. Era uno de esos días en los que yo todavía no tenía Internet en casa, así que iba a ir a la escuela para poder platicar con la Sra. M. Bajábamos en la misma estación del Metro, entonces Ylva me dijo que podía conectarme desde su compu, para que no fuera hasta la escuela.
Entonces fuimos a su casa y mientras esperábamos que la Sra. encontrara la manera de conectarse, seguimos platicando. Me dijo que ya había estado en Chile anteriormente, que había hecho un curso de Medicina Global en convenio con una Universidad Chilena, así que el grupo había estado en los dos países. Así conoció a un chileno que se convirtió en su novio. Por eso estuvo un rato en Sudamérica, viajando también por Argentina y Bolivia. Me dijo que hablaba un poco de español, pero que estaba nerviosa de ir, porque no dominaba el idioma.
En ese momento, empezamos a comunicarnos en español. Es verdad, no lo habla perfecto pero lo entiende bastante bien y también se da a entender, así que no debe tener ningún problema por allá.
La verdad es que desde ese momento nos llevamos bastante bien. Nos veíamos en los entrenamientos, pero también me acompañó a un par de fiestas con mis amigos de la escuela. Yo pensaba presentarla, pero cuando me di cuenta, ya estaba platicando con todos; prácticamente a todos les pudo hablar en su idioma natal. Ylva es finlandesa, pero de habla sueco, además habla inglés, español y francés y entiende noruego y danés…
Como dos semanas antes de irse, terminó su trabajo en el centro de salud, así que comimos un par de veces en una cafetería para estudiantes en el centro de la ciudad. Cuando fui a Estocolmo a ver a Sil (siguiente tema a tratar), Ylva tuvo que ir a ver a un Doctor, para una entrevista de trabajo, así que también ahí comimos. Fue la primera persona en visitar mi casa, preparamos unos deliciosos tacos de alambre con lo que mandó mi Má con Sil.
La semana pasada, Ylva se fue a Chile… lástima porque nos llevamos muy bien, pero seguramente le irá muy bien por allá y por ahí de abril estará de regreso. La verdad es que es, como diríamos en México, “bien buena gente”, de hecho, en gran parte, gracias a ella sobreviviré el otoño, pues me prestó un abrigo que he estado usando diario. ¡Gracias Ylva!
Así que ya le dije que si se queda más tiempo por allá y empieza a viajar y llega demasiado al Norte, hasta nuestra muy conglomerada Ciudad de México, ¡han de recibirla con los brazos muy abiertos!

Aalto University

Cuando encontré la escuela en Internet, la encontré bajo las siglas UIAH. Creo que en un principio le llamaban University of Industrial Arts, Helsinki. La traducción en ese momento era University of Art and Design Helsinki. Cuando recibí mi carta de aceptación, la recibí bajo las siglas TAIK, pues habían decidido eliminar las siglas en inglés y quedarse solamente con las de finlandés: Taideteollinen Korkeakoulu.
Desde que empezamos clases, nos dijeron que TAIK, junto con la Universidad de Tecnología y la Universidad de Economía iba a formar parte de una nueva universidad: Aalto University. La verdad es que la mayoría de los estudiantes de TAIK están inconformes, pues temen que la unión de las tres universidades tenga repercusiones en la manera en que funciona actualmente.
Es un tema de gran importancia en toda Finlandia. Al parecer hay muchas empresas interesadas en patrocinar el proyecto. También es un conflicto entre ciudades. La Universidad de Tecnología no está en la ciudad de Helsinki, sino en Espoo (como si estuviera en Lomas Verdes). El punto es que Espoo propone un nuevo espacio para TAIK, junto a TKK… todos están buscando que las inversiones sean en sus ciudades.
Por otra parte, los estudiantes de la Universidad de Helsinki (que es otra universidad con la facultad de medicina, leyes, ciencias sociales…) están muy molestos porque están perdiendo patrocinadores…
… en fin… le mandé mis papeles a UIAH, me aceptaron en TAIK y me graduaré de Aalto University…

Uds. disculpen

Sí, ya sé que hace un rato que no escribo. La verdad hay muchas cosas que contar, pero hay poco tiempo para escribir. Así que ahora que encontré un buen espacio, intentaré ponerlos al corriente en todo lo que ha sido mi vida últimamente. Agradezco también los mails que he recibido, de verdad que el plan es contestarlos todos, pero a conciencia, así que ¡sean pacientes!