lunes, 1 de septiembre de 2008

Más de Finlandia

Sean bienvenidos a esta nueva entrada en el blog. Es importante señalar que lo que a continuación se presenta, está siendo escrito en mi nuevo hogar, en el cual todavía no hay red. Así que Uds. perdonen si es que repito cosas que ya les había contado.

Helsinki
Que Finlandia es el primer mundo. Eso dicen. La verdad es que hay muchos detalles en la vida cotidiana de este país que sinceramente, valen la pena. Un ejemplo rápido y concreto: la basura se separa en: metal, papel, vidrio, orgánica y “general”. Cada quien lo hace en su casa y afuera hay grandes contenedores donde se vierte toda, para que sea recolectada por el Estado. Claro que las bolsas se utilizan dentro de las casas, como contenedores, pero no se mezclan en el basurero final.

El transporte es caro, pero eficiente. Si uno no es residente de la ciudad, paga casi 40 euros cada dos semanas. Lo bueno es que incluye todo tipo de transporte: trams, metro, autobuses y hasta Ferris. Si se compra la tarjeta por las dos semanas, no hay que pasarlas por ningún dispositivo, salvo en los camiones. Peeeeero, sí hay revisiones periódicas en los otros transportes. Si no pagaste… no hay pretexto; la multa es de 80 euros.

El transporte es bastante eficiente. Cubre toda la ciudad, hasta un poco después de las 12:00. Si es más tarde, hay que tomar los camiones nocturnos; en ese caso, la tarifa es doble. Las rutas son más reducidas y los tiempos entre camiones más largos y los pasajeros… bueno, los pasajeros son borrachos de todas las edades.

No sé todavía si los finlandeses toman mucho o se emborrachan muy rápido. A las 10:00 pm. en viernes, parece perfectamente normal ver gente que deambula tambaleante, que intenta subirse a un taxi pero no logra encontrar la puerta, o que simplemente ha decidido empezar la fiesta un poco más tarde y entonces camina con su inseparable cerveza (o botella de vodka) en la mano. ¿Impresionada por estas escenas? En realidad no; ¡gracias a todos por el entrenamiento! (a quien le quede el saco, que se lo ponga)

Una cosa muy particular de los finlandeses, es que tienden a medir todo. No sólo lo miden: tienen una forma muy extraña de hacerlo: los perros son grandes o chicos, de acuerdo con su peso. Entonces dicen, mi perro no es muy grande, pesa 25 kg. (Obviamente, no tengo ni idea de cómo es un perro de 25 kg. es como aquello de qué pesa más, un kilo de plomo o un kilo de plumas…). También preguntan ¿cuántos decilitros? ¡Ni idea!! Me imagino un litro de leche, una taza, un vaso… pero ¡la décima parte de un litro!

Henri y Elina

Henri y Elina son mis mejores amigos en Finlandia. En un principio me pareció raro que Henri me ofreciera su casa. No me conocía y ni siquiera le había preguntado a su novia. Pero Elina es muy amable conmigo; así fue desde el principio.
De hecho, si le preguntan a Elina (que se pronuncia Élina), les va a decir que me adoptaron; que un día Henri llegó y le contó que había una mexicana en su escuela, que no tenía casa, entonces le preguntó si se la podían quedar, que ya hasta tenía un nombre para ella (jajaja).
Como les comenté en un principio, desde hace un rato, ya no estoy en su casa; pero desde el sábado pasado, hasta hace unas horas, viví con ellos. Henri es muy serio, aparentemente; en realidad tiene un buen sentido del humor; creo que es muy inteligente y es un artista; hizo su licenciatura en Cerámica y Vidrio, en la misma universidad en la que ahora estudiamos la Maestría.
Elina estudia en la Universidad de Helsinki; Ciencias Sociales. En realidad, ya terminó sus materias, pero está trabajando en su tesis de Maestría, que es sobre el sistema de pensiones de Estonia. Dice que le ha costado mucho trabajo reunir la información, pero espera graduarse en diciembre. Elina también es Scout, así que los fines de semana, especialmente los domingos, los dedica a reunirse con sus niñas, para diversas actividades.
Esta semana, Elina terminó su trabajo de verano. Curiosamente, encontró trabajo como investigadora precisamente de los sistemas de pensiones de otros países; por supuesto, ella investigaba el de Estonia. Como el viernes era su último día, me pidió que el jueves le ayudara a preparar algo que pudiera llevar a su oficina.
Había muchas restricciones, porque Elina es vegetariana. En su oficina no hay estufa ni nada con qué calentar las cosas, así que tenía que ser frío. Además lo iban a comer a la 1 y su “hora de comida”, es a las 12; así que tenía que funcionar como poste: tenía que ser dulce.
Pensé que arroz con leche sería una buena opción. Chateando con la Sra. Marcela y con Beny (mi tía), llegamos a la conclusión de que pie de limón sería una buena opción. Y lo es; el problema es que…. ¡no venden leche condensada en Finlandia! Por lo menos no en las tiendas convencionales. Tampoco venden leche evaporada. Entonces improvisamos… compramos una especie de crema y le agregamos mucha azúcar. Quedó un tanto dulce, pero bien: ¡les gustó!
El viernes me invitaron a una “fiesta coctel” que organizaba una amiga suya. Eran vecinos y además ella estudiaba con Henri. Como es de suponerse, yo no traje ningún “outfit” que siquiera se asemeje al de una fiesta coctel. Ni modo… de negro y listo.
Llegamos a la fiesta, en casa de su amiga. ¿Recuerdan que les dije que los finlandeses acostumbran quitarse los zapatos en la entrada de la casa? ¡Pues en las fiestas es lo mismo!! Abren la puerta y había un montón de zapatos en la entrada; como un metro cuadrado de zapatos. Resulta que dos fiestas se juntaron; la despedida de una chava y la fiesta coctel. Los de la fiesta coctel no se quitaron los zapatos, por la formalidad del evento, claro. La anfitriona, Jenny, estudia diseño de modas y es igualita a la actriz de Juno.
Henri y Elina me han enseñado 5 palabras en finlandés cada día. Para la fiesta, me enseñaron a preguntar: Opiskeletko Taikissa? (¿Estudias en TAIK?) si me contestaban Kylla (sí), entonces yo decía: Mina myös (Yo también); si me decían En (No), entonces decía: Miss asina opiskelet? (¿dónde estudias?). Independientemente de su siguiente respuesta, yo decía Joo (ahh, bien), pues ya no tenía ni idea de lo que decían. Así conocimos a algunas personas, como a Anna.
Ayer, Elina se fue temprano con sus amigas, casi todo el día. Antes de irse, le ordenó a Henri que me llevara a andar en bici. IMPORTANTE: en Helsinki, la bici es un medio de transporte; las calles están adaptadas para los ciclistas y los puentes no tienen una inclinación de 70º como en otros lados…
Elina me prestó su bici. Henri me enseñó el camino hacia mi nueva casa. No llegamos hasta el departamento, pero casi. Luego fuimos de regreso. La verdad es que es bastante cansado, no sólo por las subidas, sino también por el viento. Es tan difícil pedalear en las subidas como con el viento en contra. En nuestro camino de regreso, paramos en un centro de reciclaje. Reciclan muebles, electrodomésticos y ese tipo de cosas.
Por ejemplo, tienen sillas Thonet (comentario específicamente hecho para los diseñadores) que venden por la módica cantidad de 10 euros. Al parecer es cosa de suerte, pero se pueden encontrar verdaderos tesoros en ese lugar.
En fin, regresamos a la casa y comimos. Teníamos el plan de llevar por lo menos una de mis maletas al departamento en cuanto Minni me avisara que ya había llegado o que estaba en camino. Después de comer, Henri se quedó dormido. Me dio tanta pena despertarlo, que mejor le dije a Minni que llevaba mis cosas hoy.
Una vez que Henri se hubo despertado, le enseñé un mail que me mandaron los de la escuela sobre un dichoso concierto en una isla. La invitación estaba en finlandés, así que nadie sabía a ciencia cierta de qué se trataba. Henri no conocía a los que tocaban, pero me dijo que la invitación indicaba que no se debía correr demasiado la voz, porque en la isla sólo caben 600 invitados.
Decidimos darnos una vuelta, a ver cómo estaban las cosas. Si de plano no nos gustaba, nos regresábamos. Si estaba bien, Elina nos iba a alcanzar. El lugar estaba bastante cerca de la escuela y ellos viven muy cerca de la escuela, así que nos fuimos caminando.
El evento denominado Isle of Sheep, fue como un sueño. No me refiero a un evento soñado, aunque sí estuvo padre, sino como a un verdadero sueño, con esa cualidad confusa. Caminamos hacia la escuela y luego por detrás de la misma. Ya eran casi las 10 de la noche, así que estaba oscuro. Seguimos caminando por el bosque; mucha gente caminaba en el mismo sentido que nosotros; muchos otros en contrasentido. Seguimos caminando, cruzamos un puente y llegamos a un lugar que estaba bastante oscuro. Había muchas bicis estacionadas y gente caminando. Henri empezó a hablar con una chava que llevaba una linterna. También iba al concierto; así que la seguimos.
A partir de ese momento, nos movimos “en fila india”. Resulta que entre la Isla de los Borregos y la tierra continental, hay una especie de pantano. Sin embargo, se llega a la isla caminando. Tienen dispuesto un camino de tablones de madera, como de medio metro de ancho; como cada 5 m. había dos postes redondos de madera como de 1.6 m. de altura. En esa oscuridad, parecía que flotábamos en la inmensidad. Alrededor, sólo se veían unas cuantas plantas bastante altas, como pastos muy crecidos. Hacia delante no se veía nada; sólo el camino de tablones. De cuando en cuando nos topábamos con personas que venían de regreso; gente de todas las edades, incluso niños. Después de alrededor de 15 min. de caminar sin rumbo claro, empezamos a oír música. Supongo que caminamos como otros 10 min., hasta que llegamos a “tierra firme”
El concierto era adentro de una cabaña enorme. Todos estaban muy felices. Quién sabe qué tipo de música era, o por qué era la fiesta, pero se veía bien. Elina nos habló y entonces Henri regresó para encontrarla en el camino de tablones. Nos encontramos a un amigo de la escuela, que le prestó una linterna a Henri.
Después de unos 15 min., llegaron otros compañeros de la escuela, y como 5 min. después, llegó Elina. Henri tuvo que ir con un amigo. Así que nos quedamos las dos en la cabaña y misteriosamente, nos encontramos a Anna, la chava de la fiesta del día anterior.
Anna nos contó que la fiesta era una tradición desde principios del siglo pasado. Que se hacía para conmemorar el final del verano. Por alguna razón, la fiesta se dejó de hacer en los 50’s ó 60’s, pero en el 2005, empezaron a recuperarla. La banda que tocó ayer (que por cierto terminó de tocar en el preciso momento en el que llegamos nosotros), es la misma que ha tocado los otros años y parece ser bastante popular.
Nos quedamos en la fiesta como hasta las 12, bailando una música rara, a veces finlandesa, a veces gringa, con mis amigos de la escuela. Elina se encontró a una amiga de la escuela, quien le presentó a otra chava, Saara. Resulta que Saara está estudiando para ser maestra, creo que de primaria. El próximo año, va a ir a Madrid a hacer prácticas profesionales. Me pidió que le ayude a practicar español; a cambio, me va a enseñar finlandés.
Hoy fuimos a comer a casa de la tía de Henri. Otra tía de Henri, no la de la casa de verano. Ella vive muy cerca del centro de Helsinki, tiene un departamento muy grande, que está remodelando. Según me explicaron Henri y Elina, (sus tíos) tienen un negocio en el que se dedican a arreglar departamentos que después rentan por semana o por mes. Funcionan como hotel, pero al parecer resulta más barato (dato importante).
Saliendo de casa de los tíos de Henri, Elina fue a su reunión con las scouts, Henri a un evento de judo y yo fui a su casa, a recoger mis cosas. Empaqué todo y me fui… a mi casa.



La escuela
La escuela está realmente bien. Tiene todo tipo de talleres. Todavía no me ubico muy bien, lo que pasa es que en algunas partes, no existe el tercer piso, el piso 5 de un lado es el 6 del otro, cosas así.
No recuerdo si ya les había comentado sobre el proyecto, pero les explico: Es un proyecto introductorio a “los estudios de maestría”. Así que cada departamento está haciendo un proyecto específico. Los departamentos son: Design Media and Production Design, Media Lab, Design, Porti Art and Media, Art Education y Visual Culture. Mi maestría está en Design.
El proyecto de introducción es entre las distintas maestrías del departamento de diseño; es decir, Furniture Design, Applied Art and Design y Textile Design. Se llama “Grow Helsinki”. Cada equipo, por supuesto, puede interpretarlo como quiera. Somos 10 equipos de entre 8 y 10 personas. Tenemos que presentar un video final en dos semanas, para lo cual, la semana pasada tuvimos un curso de seis horas de “PREMIERE” (programa para editar video).
En mi equipo, hemos decidido intervenir la parte “social”, debido a que en repetidas ocasiones hemos escuchado que a los finlandeses les cuesta trabajo socializar. Que toma años que un par de vecinos comiencen a saludarse y aún más el que se hagan amigos. Estamos haciendo “experimentos”, para que se comuniquen rápido. Algunos han funcionado, otros no tanto. Todavía tenemos algunos pensados, pero creo que vamos bien; por lo menos para la presentación intermedia, que es esta semana.



Finalmente instalada
Pues sí, hace rato llegué a mi residencia oficial. Para variar me equivoqué y toqué en otro lado… pero bueno, encontré el departamento. Minni estaba ahí y también su novio, Juha. Conocí a su perro, Bandit. No tiene… raza definida… pero es negro, mediano y bastante tranquilo, a pesar de la mudanza.
Resulta que está completamente amueblado. Tengo una cama, dos escritorios, un closet muy grande, una cómoda, una lámpara de piso y otra de pie. Al parecer Minni es demasiado cuidadosa con sus cosas. Todo tiene que encantarle, así que los vasos son de ittala, las lámparas de Tapio Wirkala… Yo no me quejo, pero me da miedo romper algo!!
La verdad muy bien. Minni es muy seria, pero al parecer, buena persona. Juha se va a quedar unos días para cuidar al perro, porque está un poco nervioso y no queremos que ladre y que nos corran los vecinos.


Pues me despido, espero pronto tener más cosas que contar.

¡Felicidades a Paty y a Felipe!

Por cierto, que si alguien quiere contarme cómo estuvo lo de la marcha, es bienvenido.


¡¡Saludos!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah! Yo, yo!
Yo fui a la marcha. Tristemente me percaté de que era la primera marcha a la que asistía en mi vida. En fin.
Fui con Alistair, lo tuve que convencer... ya sabes, él es de los que dice "Yo no fui, pinches marchas no sirven para nada"... pero ahora dirá "yo sí fui, pinches marchas no sirven para nada".
Después me enteré que habían ido varias personas conocidas (Karina, Francisco, God – bueno, él es omnipresente, cierto?- , etc.). Nos hubiéramos puesto de acuerdo para ir juntos, pero no fue así.
Sobra decir que llegué un poco tarde a la marcha por lo que ya nos tocó super tranquilo. Caminamos como 13 cuadras y alcanzamos a la multitud. Todo tranquilo pero sí era impresionante la cantidad de personas. La verdad ya no nos quedamos a prender las velitas y cantar el himno. Se nos atravesó un bar y bueno, sobra decir lo demás.


Abrazo!
-|'_'|-

Anónimo dijo...

Ay Toñito....

Pues Clau, yo no fui a la marcha..... efectivamente como dice Toño creo que desafortunadamente soy de las personas que di cen "yo fui, pinches marchas no sirven para nada", pues fui a la de hace 4 años, y bueno, sin comentarios, creo que hay cosas mucho màs importantes què hacer por y para el paìs....

Eso sí, no hay que quitarle el valor, es un buen gesto... Y por supuesto, es impresionante ver en la tele (o en vivo) a tanta gente reunida, vestida de blanco, y con velitas prendidas en medio de la noche..... (mientras toño y ali estaban en un bar...jiji...)

besos...